Al adentrarme en el vibrante bosque de Cookie Crush 2, me encuentro uniendo galletas y postres en un entorno sencillo pero cautivador. La mecánica de agrupar dulces le da al juego un ritmo divertido y bastante adictivo. Aunque en ocasiones se queda cargando, una vez que inicia, invita a sumergirse en sus múltiples niveles. He leído que algunos jugadores han enfrentado problemas con el guardado de su progreso y los logros, pero parece ser que las últimas actualizaciones han resuelto esos inconvenientes.

La música puede no ser del agrado de todos, un detalle chiquitito pero mejorable. Aun así, la experiencia general es positiva, con un sistema de puntuación que insta a mejorar en cada intento. Es de esos juegos que provocan el típico 'un nivel más y termino' sabiendo que realmente es difícil parar. Y recuerda, como decimos los amantes de los dulces: ¡No hay dieta que valga cuando se trata de unir galletas!