Playful Kitty

Tras pasar bastante tiempo con Playful Kitty, me he encontrado con una experiencia agradable que conjuga la ternura de un gatito con la satisfacción de resolver rompecabezas. Playful Kitty nos propone romper rocas estratégicamente para que la bola de lana llegue hasta nuestro minino, que espera ansioso para jugar. El juego, con su mecánica sencilla y niveles desafiantes, logra un balance perfecto que te hace volver una y otra vez.

Comentarios de otros jugadores destacan la ternura del protagonista, aunque algunos admiten haberse atascado en niveles como el 13. No obstante, la sensación general es la de un juego que engancha y despierta una sonrisa, sobre todo cuando te das cuenta de lo mucho que el gatito se asemeja a Garfield.

En resumen, Playful Kitty entretiene y estimula la mente al mismo tiempo, con la satisfacción adicional de ver a tu peludo amigo feliz con su ovillo de lana. ¿Y saben qué es mejor que un videojuego con gatos? Dos videojuegos con gatos. Pero en este, al menos de momento, no se quedan atrapados en la pantalla... ¡espero!