Solitaire 13 in 1

Recién metido en el mundo de Solitaire 13 in 1, me veo rodeado de una variedad sorprendente de solitarios. La diversión es indudable y el desafío de intentar ganar en todos y cada uno es como un maratón para el cerebro, ¡y qué maratón! Las horas se me van como agua entre los dedos mientras intento dominar desde el Klondike hasta el escabroso Scorpion, que parece depender más de la suerte que de mi habilidad para deshacerme de todas las cartas.

Los gráficos son sencillos, pero efectivos para lo que uno busca en un juego de cartas. Y aunque a veces pueda sentir que Russian Solitaire me ha derrotado más de doscientas veces, la victoria, cuando llega, es extremadamente satisfactoria. Sin dudas, se mezclan la estrategia y el azar en una coctelera emocionante de solitarios.

No todos los días uno se encuentra con un juego que da tanto en tan poco espacio. Aunque, claro, no se puede negar que algunas modalidades son más cuestión de paciencia que de puro talento, tal como me grita algún que otro jugador en el ciberespacio.