Luego de sumergirme en el mundo de Stickman War, entendí que aunque su premisa parecía sencilla, el dominar el juego no lo era tanto. Es cierto, el objetivo de acabar con todos los stickmans a tiros se presenta directo, pero no tardé en darme cuenta de que la recarga y velocidad de los enemigos agregan ese toque de dificultad que no esperaba...

He visto a otros jugadores mencionar la frustración por la rapidez con la que hay que recargar o el molesto número de anuncios, y aunque no puedo negar que comparto estas observaciones, también hay quienes encuentran satisfacción al superar estos obstáculos. Es el tipo de juego que cumple con su función: matar el tiempo y poner a prueba tus reflejos. Además, la pequeña estrategia de recargar a conciencia es algo que agradezco, ya que añade un poco de táctica al asunto.

Y si las balas fueran comida, los stickmans serían el refrigerador de un adolescente: ¡prepárate para reponerlas constantemente! Aunque claro, quizás unos cuantos power-ups o variedad de armamento no estarían mal para darle más sabor al juego.