Yeti Sensation

Cuando me aventuré en el Ártico virtual con Yeti Sensation, no esperaba que la búsqueda de un nuevo hogar para Yeti fuera tan divertidamente complicada. El juego, una carrera incesante repleta de humor y obstáculos, es un verdadero desafío para los reflejos. Me encontré esquivando bloques de hielo y trampas con la misma destreza con que se evita pagar en la máquina del metro. La mecánica es sencilla, pero mantenerse en pie es tan difícil como encontrar un pingüino en el desierto.

El sentido del humor es patente — desde comentarios de jugadores que comparan a nuestro amigo peludo con un hombre disfrazado, hasta las risas que provoca verlo rodar por la nieve. Y aunque al principio me sentí más perdido que un yeti en una playa, pronto estuve coleccionando frutas y mejoras como un experto. En Sensation Yeti, no solo juegas, también te ríes con ganas de las piruetas del protagonista. ¡Una aventura helada que no te dejará frío!